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Cabezote Los Informantes
Noticias Caracol LOS INFORMANTES "Un dron significa muerte": así pasan la noche militares que lucha contra criminales en El Plateado

"Un dron significa muerte": así pasan la noche militares que lucha contra criminales en El Plateado

El Ejército libra una guerra sin tregua en El Plateado, Cauca, un corredor estratégico para el narcotráfico y la minería ilegal que deja rentas millonarias a los grupos armados.

Conflicto en EL
Los Informantes acompañó al Ejército Nacional, que desplegó más de 1.500 hombres en una de las zonas más calientes de Colombia, en El Plateado.
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En medio de un mar de cultivos de coca, se libra una guerra de trincheras entre el Ejército Nacional y las guerrillas por el control del llamado Wall Street de las economías ilegales. El epicentro del conflicto es el Cañón del Micay y el corregimiento de El Plateado, un lugar estratégico ubicado a solo 90 kilómetros del océano Pacífico.

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Un equipo de Los Informantesvivió en carne propia el peligro de una trinchera militar y acompañó a uno de los 1.500 soldados que arriesgan la vida por recuperar el control de este corredor clave para el narcotráfico y la minería ilegal.

Miedo e incertidumbre en las trincheras


De día o de noche, el miedo en esta zona de guerra es constante. Es un territorio marcado por el conflicto, la zozobra y la incertidumbre. Para los soldados no hay tregua: el peligro es latente y puede aparecer en cualquier momento.

“Tenemos herramientas para detectar los drones, pero aun así logran entrar. En cualquier momento puede pasar un dron y nos puede caer una granada... Todo pasa muy rápido”, contó el soldado Marco Antonio Méndez.

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Según él, la muerte es un pensamiento constante. Están expuestos a múltiples amenazas: una bomba lanzada por un dron, la bala certera de un francotirador o una pipeta de gas arrojada desde una plataforma artesanal, sin contar los hostigamientos permanentes. En este lugar, cualquier cosa puede pasar.

“Un dron significa peligro, muerte, eso significa escuchar un dron encima”, relató el soldado, quien es uno de los mil uniformados que luchan incansablemente por el control del territorio.

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“Cuando escuchamos el dron, lo que hacemos es ingresar a nuestra fortificación y esperar la orden del comandante. Si tenemos que reaccionar, lo hacemos”, agregó.

La vida en las trincheras militares


Los soldados en El Plateado no cuentan con agua ni energía eléctrica. En esta zona, los espacios donde se resguardan de los constantes riesgos y amenazas son trincheras reforzadas con sacos de arena y techos de madera. El descanso es mínimo y siempre en alerta.

“Esto está hecho a punta de pala y pico. Es tierra a la que se le da forma de cama. Esta es la cama de un soldado. Y si tengo una colchoneta, es un plástico, y ahí se acomoda el soldado”, relató Méndez.

Conflicto en El Plateado
Los soldados en El Plateado no cuentan con agua ni energía eléctrica.
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El soldado Méndez tiene 35 años y lleva 14 en el Ejército Nacional y no duda un solo segundo en contestar que El Plateado ha sido el lugar más complejo en el que le ha tocado estar.

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“Este lugar ocupa el primer puesto por la evolución que han tenido estos delincuentes. Hoy en día son más expertos en el manejo de explosivos”, explicó y afirmó que si está en esta lucha es porque “nace y quiere hacer algo por este país”.

Marco Antonio Méndez llegó a El Plateado el 12 de octubre de 2024, el mismo día en que, en el marco de la Operación Perseo, el Ejército tomó el corregimiento a sangre y fuego, luego de más de un año de avances y consolidación de posiciones en esta estratégica región del Cauca.

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“Se lo voy a describir en una palabra: esto era el infierno. Nos disparaban de todos lados, nos daban, nos disparaban, nos tiraban granadas, nos tiraban tatucos. Lo más difícil era que dieras un paso y no fuera a sacar en una mina porque se encontraron más de 100 minas en toda esta parte”, aseguró.

Desde entonces, ha estado cuidando este cerro estratégico junto con 38 comandos, en el punto más alto y cercanos al corregimiento de El Plateado.

Su principal motor cada día, además de cumplir con la misión de controlar el territorio en manos de los grupos armados ilegales, es poder llamar a su esposa y a su hijo de cuatro años, quienes lo esperan con los brazos abiertos.

“Esa llamada puede ser la última para mí, pero trato que con mi profesionalismo, con mi entrenamiento de hacer las cosas lo mejor posible poder llegar y darles un abrazo, darles un beso y estar con ellos”, mencionó.

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El Wall Street de las economías ilegales


Las autoridades denominaron el corregimiento de El Plateado como el Wall Street de las economías ilegales, debido a que es una zona clave para el cultivo, procesamiento y salida de cocaína, así como para la extracción ilegal de oro y otros minerales.

Su ubicación estratégica, a tan solo 90 kilómetros del océano Pacífico, lo convierte en un corredor clave para el narcotráfico y la minería ilegal, actividades que generan rentas millonarias, ya que estos negocios ilícitos son el combustible de la guerra de trincheras que se libra entre la disidencia de Iván Mordisco con sus estructuras Carlos Patiño y Jaime Martínez, la estructura Diomer Cortés de la Segunda Marquetalia, el frente José María Becerra del ELN y el Ejército Nacional.

Conflicto El Plateado
En El Plateado, héroes anónimos arriesgan la vida, mientras las millonarias rentas que financian a los grupos armados ilegales siguen creciendo como espuma
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“De solo minería podríamos estar hablando de, mensualmente, unos 30 mil millones de pesos en ganancias de solo extracción de oro. Y en cocaína, yo creo que no me alcanzarían las teclas de la calculadora para sacar cuentas”, aseguró el brigadier general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército.

Además, afirmó que han logrado recuperar el 70 % del control en el Cañón del Micay. Sin embargo, se trata de un control parcial, ya que el narcotráfico continúa creciendo a toda marcha. “Mientras existan las economías ilícitas presentes de manera desbordada como están, jamás tendremos el control total del área”, expresó el general.

En El Plateado, la guerra no descansa y los soldados tampoco. El riesgo es constante, pero hombres como Méndez resisten con la esperanza de brindarle al país un respiro de paz en medio del caos.