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En medio de la crisis diplomática entre Estados Unidos y Venezuela, en las últimas horas se conoció una denuncia de que que al menos cinco aeronaves norteamericanas de gran capacidad sobrevolaron las costas del país suramericano, lo cual podría empeorar las relaciones entre estas dos naciones.
Entre las naves detectadas por el radar Fligthradar24 está el Boeing RC-135, un avión especializado en tecnología electrónica que sobrevoló cerca del estado Delta Amacuro durante varias horas. El radar detectó que este avión estuvo acompañada por otras cuatro aeronaves usadas por el Ejército de Estados Unidos para hacer operaciones estratégicas y vigilancia.
Dentro de las cinco naves detectadas también habría un F/A-18E Super Hornet, una aeronave proveniente del portaviones USS Gerald Ford. Aunque los aviones no ingresaron al espacio aéreo venezolano, sí permanecieron sobrevolando a unos 30 a 50 kilómetros de las costas del país bolivariano.
Hasta el momento, las autoridades de Venezuela no se han pronunciado frente a estos sobrevuelos cerca de sus costas. Sin embargo, la crisis diplomática continúa y el despliegue militar estadounidense en el Caribe continúa causando zozobra.
Estados Unidos está incrementando su despliegue militar en el Caribe, zona bajo la jurisdicción del Comando Sur (Southcom). Esta región alberga varias bases estadounidenses y, además, Washington utiliza instalaciones locales para, según la administración Trump, enfrentar el crimen organizado transnacional y el narcotráfico.
Actualmente, Puerto Rico, Honduras y Cuba son los territorios que cuentan con bases militares estadounidenses operativas. Sin embargo, la presencia se extiende a otros puntos estratégicos: El Salvador, Curazao y Aruba mediante el uso de aeropuertos; Panamá, tras la reanudación de ejercicios militares; y Trinidad y Tobago, donde recientemente atracó el destructor con misiles USS Gravely.
En total, alrededor de 10.000 soldados estadounidenses están desplegados en el Caribe, lo que constituye uno de los mayores operativos en décadas. El objetivo, según el Gobierno de Donald Trump, es “desmantelar a presuntas organizaciones criminales transnacionales y combatir el narcoterrorismo”, asegurando que ya han sido abatidos más de 60 narcotraficantes en lanchas en aguas caribeñas.
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Puerto Rico: el centro neurálgico
Puerto Rico concentra la mayor infraestructura militar estadounidense en la región. De las 11 bases que llegó a tener, hoy mantiene Fort Buchanan, Fort Allen, la Base Aérea Muñiz y Camp Santiago, además de áreas en antiguas instalaciones como Ramey y Roosevelt Roads.
El ‘US Army Reserve-Puerto Rico’, activo desde 1922, es el comando federal más grande en Puerto Rico y el Caribe, con operaciones también en las Islas Vírgenes. Según imágenes difundidas por Southcom en su cuenta de X, a finales de septiembre marines estadounidenses participaron en ensayos de desembarco anfibio en la isla.
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Honduras y La Palmerola
En Honduras se encuentra la base Enrique Soto Cano, conocida como ‘La Palmerola’, construida a inicios de los años 80. Allí permanecen unos 400 militares.
Durante la Guerra Fría, esta instalación fue clave como centro de operaciones disuasorias contra el régimen sandinista en Nicaragua, la guerrilla salvadoreña y grupos izquierdistas hondureños. Hoy comparte espacio con el aeropuerto internacional de Palmerola, inaugurado en diciembre de 2021.
Guantánamo: enclave estratégico
Guantánamo, en el sureste de Cuba, es una base naval estadounidense desde 1903, con una extensión de 117 km².
Su ubicación permite controlar el Caribe y realizar funciones logísticas y de vigilancia marítima. Además de operaciones militares y de inteligencia, alberga desde 2002 una cárcel que recibió prisioneros provenientes de Afganistán.
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Presencia de Estados Unidos
en otros países
Aunque no son bases formales, Estados Unidos utiliza instalaciones en varios países gracias a acuerdos bilaterales. Existen tres ‘Cooperative Security Location’ (CSL): en el aeropuerto internacional de Comalapa (El Salvador), en Hato (Curazao) y en Reina Beatrix (Aruba). Estos puntos permiten a aeronaves estadounidenses operar “para apoyar los esfuerzos multinacionales de la región en la lucha contra el crimen organizado transnacional”.
El despliegue coincide con el regreso de soldados estadounidenses a Panamá para ejercicios tácticos con el Servicio Nacional Aeronaval en Fort Sherman, antigua base militar hasta 1999. Según un funcionario del Pentágono citado por ABC, los entrenamientos iniciaron este año y se intensificarán en 2026.
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Asimismo, la Marina estadounidense retomará prácticas en Trinidad y Tobago, en medio de tensiones con Venezuela por la presencia del USS Gravely en Puerto España. A esto se suma el portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford, desplegado en aguas caribeñas con más de 4.000 marineros y decenas de aeronaves. Este buque opera junto a ocho buques de guerra, cazas F-35 y al menos un submarino nuclear bajo la dirección del Departamento de Guerra.
CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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