

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
El cuerpo sin vida de Valeria Afanador fue encontrado el pasado viernes 29 de agosto tras 18 días desaparecida. La muerte de la niña de 10 años está siendo investigada por las autoridades competentes. La desaparición de la menor de edad, que se encontraba en su colegio la última vez que fue vista, sigue siendo parte de un caso al que todavía le faltan muchas pistas. Manuel Afanador, el padre de la niña fallecida, es el más reciente invitado del programa En Aguas Profundas de Caracol Televisión, conducido por María Elvira Arango.
Afanador, que junto a su familia siguen en un proceso de duelo y buscando justicia, dio detalles del colegio en donde estudiaba su hija, el último lugar en el que fue vista con vida. "Cuando ingresamos a Valeria y a los niños al Colegio de Los Laureles obviamente escuchamos testimonios. Allí ya había un chico en bachillerato con condición de síndrome de Down. Ya se había graduado otra niña en condición de síndrome de Down. Eso nos dio a nosotros cierta tranquilidad y seguridad".
La familia de Valeria Afanador buscó un lugar donde su hija con síndrome de Down se sintiera cómoda y tuviera el acompañamiento necesario. "En cierto modo nos había dado alguna tranquilidad el Gimnasio Campestre Los Laureles, donde dijimos, que ya por lo menos ellos saben. El año pasado fue un año muy bueno, tuvo una docente que realmente estaba con ella, nos recibía la niña de la mano, nos la entregaba de la mano", destacó el padre de la niña.
Manuel Afanador incluso dijo que esa profesora, que estaba tan atenta a su hija, se comunicaba con ellos en caso de notar un comportamiento atípico de Valeria. "Nos llamaba, nos citaba y nos sentábamos. Su PIAR (Plan Individualizado de Ajustes Razonables) estaba muy bien estructurado". El padre de la niña dijo que ella nunca tuvo un día que no se levantara para ir al colegio. "Eso para nosotros era un indicador muy bueno", puntualizó.
Publicidad
"Previo a todo lo que sucedió nunca vimos comportamientos, cambios en sus comportamientos o en sus patrones, en sus dibujos jamás (...) Hemos tratado en medio de todo este dolor tratar de obtener alguna información de los niños que ellos hubieran percibido algo de Valeria, pero en lo absoluto. Es triste saber que realmente el colegio descuidó totalmente a la niña y tenemos esos testimonios donde los mismos compañeritos del salón de ella, que incluso eran menores porque Vale tenía 10 años y estaba en segundo grado, que más o menos eran sus compañeritas las que cuidaban de Valeria. sin que nosotros nos diéramos por enterado. El año pasado era distinto. Este año hubo un cambio de director, pasaron varias cosas, pero no vimos esos comportamientos atípicos".
Para Manuel Afanador, después de de la desaparición de Valeria todo es diferente. "Todo cambió para nosotros, para mis papás, mis hermanas, mis suegros. Todos estamos en un proceso de duelo tremendo, muy duro. Es un duelo que es muy difícil de llevar porque no entendemos en qué momento entregamos a nuestra hija en la puerta de un colegio y la recogimos en una morgue. En qué momento se desapareció y la niña andaba sola por el colegio, y nadie se dio cuenta".
Publicidad
De acuerdo con el padre de la niña, a ella la asesinaron. "Estamos hablando de un homicidio agravado y no sabemos qué hay detrás. Por mi lado no he tenido amenazas, nunca he tenido problemas. Yo soy una persona supremamente trabajadora, que no tengo problemas, no tengo dinero, nunca recibí una extorsión, pero no sabemos qué problemas tengan personas del colegio. El miedo es que nos hagan algo. Estamos por fuera de la ciudad tratando de rehacer una vida que se rompió. Sin la brújula que era Valeria. Era la que nos guiaba para saber hacia dónde íbamos. Por supuesto hemos tenido que recurrir al apoyo psicológico".
En días pasados se confirmó que el Gimnasio Campestre Los Laureles finalizó el vínculo laboral con uno de los docentes que fue entrevistado por la Fiscalía General de la Nación. La decisión se tomó en medio de las investigaciones hacia la institución educativa con respecto a sus protocolos de seguridad y a la supervisión de los estudiantes durante la jornada.
"En nuestros 24 años de labor, jamás habíamos enfrentado una situación de esta magnitud (...) Para nosotros, la seguridad, el bienestar y la integridad de toda nuestra comunidad —nuestra familia GCL- han sido siempre una prioridad. Desde el primer instante, hemos actuado con responsabilidad, transparencia y coordinación: activamos de manera inmediata nuestro Protocolo de Evacuación y Búsqueda, nos comunicamos con los padres de Valeria y notificamos a las autoridades competentes, entregando toda la información disponible y garantizando acceso pleno a nuestras instalaciones". se lee en un comunicado del colegio, compartido el 14 de agosto, dos días después de la desaparición de la niña.
MATEO MEDINA ESCOBAR
NOTICIAS CARACOL