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Paige Suisted, un mujer de 27 años de Kiwi, Nueva Zelanda, tenía una vida "normal" como modelo y gerente en una joyería local, pero recientemente se ha convertido en el centro de un asombroso misterio médico que ha dejado a los especialistas sin palabras. Su vida cambió por completo cuando recibió un diagnóstico terminal de cáncer cerebral, pero se convirtió en noticia cuando el tumor desapareció por completo.
Los médicos han calificado su caso como una "anomalía médica", pues no tienen explicación para lo ocurrido con esta paciente a la que le habían anticipado poco tiempo de vida.
En abril de 2024, la vida social y próspera de Paige, quien creció en una granja y soñaba con ser madre, comenzó a cambiar drásticamente. El primer signo fue un entumecimiento inesperado en los dedos de su mano derecha. Pronto, el adormecimiento se extendió a su brazo y, posteriormente, a sus piernas. Paige, entonces de 26 años, describió el inicio de sus síntomas con frustrante claridad: “Mis dedos simplemente dejaron de funcionar”.
Al buscar ayuda, Suisted recibió diagnósticos completamente diferentes de varios doctores. “Uno dijo que tuve un derrame cerebral, pero ni siquiera me admitió en el hospital. Otro dijo que tenía la enfermedad de Raynaud, y otro simplemente me puso un cabestrillo. Todos me dijeron algo completamente diferente”.
A medida que otros síntomas como el deterioro de la movilidad, el habla y la vista en su lado derecho se intensificaban, la vida cotidiana se volvió insostenible. Desesperada, Paige finalmente llamó a una ambulancia y suplicó ser admitida en el hospital para someterse a pruebas adecuadas.
Durante tres semanas, Paige se sometió a una serie de exámenes, incluyendo tomografías computarizadas (CT), resonancias magnéticas (MRIs), una punción lumbar y una biopsia cerebral. Luego de un mes recibió el resultado definitivo y devastador: cáncer cerebral en etapa cuatro, astrocitoma terminal, una forma agresiva que a menudo se encuentra en niños. Le dieron un pronóstico de tan solo 18 meses de vida.
“Cuando me lo dijeron, creo que grité y lloré”, compartió Paige con Daily Mail Australia. “Fue muy difícil de escuchar. Tengo un hermano y una hermana menores, y todo lo que podía pensar era en querer verlos crecer".
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Los exámenes revelaron que el tumor era "del tamaño de una pelota de golf" y estaba presionando directamente los nervios que controlaban las funciones corporales de su lado derecho, lo que explicaba sus debilitantes síntomas.
La extirpación quirúrgica era una opción, pero con riesgos catastróficos. Paige y su equipo médico decidieron no realizarla, ya que las probabilidades eran aterradoras.“Era un 50-50 de posibilidades de que funcionara, y un 50-50 de posibilidades de quedar completamente paralizada, probablemente sin poder hablar o caminar de nuevo”.
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Paige tuvo que comenzar inmediatamente la radiación y la quimioterapia. Durante el inicio de la quimioterapia, “realmente me derrumbó. Ni siquiera era consciente de lo que estaba pasando”. Paige sufrió meses de discapacidad física, convulsiones, fuertes contusiones y plaquetas bajas, llegando a necesitar yesos en el brazo y la pierna solo para moverse. Todo esto lo registró en sus redes sociales.
Después de un año de tratamiento implacable, Paige asistió a su cita de noviembre esperando una actualización sobre su pronóstico. Sus médicos se quedaron mirando sus escáneres con cara de incredulidad. El tumor, la "enorme pelota de golf" que amenazaba su vida y le había causado parálisis, se había desvanecido por completo.
“En mis últimos escáneres, no hay nada allí”, reveló Paige. “Esta enorme pelota de golf en mi cerebro... no podemos ver nada de ella en las resonancias magnéticas”.
Los médicos no tienen una explicación sobre por qué el tumor en la cabeza de Paige desapareció; sin embargo, aún no pueden declarar oficialmente a la mujer libre de cáncer. La razón es que las células cancerosas microscópicas podrían permanecer ocultas donde las exploraciones no pueden detectarlas. La única solución sería otra biopsia cerebral, lo que implicaría abrir su cráneo, lo cual no tiene sentido si en los resultados no se ve nada.
"No han tenido un paciente con cáncer como este. Ni siquiera lo entienden ellos mismos. Soy una anomalía médica", aseguró. Paige sigue viviendo con debilidad en el lado derecho, aunque mejora cada día y ha logrado cosas que creyó imposibles, como viajar a Europa y celebrar su cumpleaños 27 en la cima de la Torre Eiffel.
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*Este texto fue realizado con colaboración de un asistente de IA y editado por un periodista que utilizó las fuentes idóneas y verificó en su totalidad los datos. Cuenta con información y reportería propia de Noticias Caracol.