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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la semana pasada que tenía previsto encontrarse con su par ruso para una segunda ronda de conversaciones en Budapest, luego de verse sin éxito en agosto en Alaska, pero el martes 21 de octubre canceló el plan al alegar que no quería una reunión "desperdiciada". (Lea también: ¿Qué pasará con la guerra contra Ucrania? Esto dijeron Trump y Zelenski tras encuentro en EE. UU.)
"No quiero una reunión inútil. No quiero perder el tiempo", dijo el mandatario al ser preguntado por periodistas en Washington acerca de los motivos del retraso de su encuentro con Putin.
Poco antes, la Casa Blanca confirmó que la cumbre prevista para finales de octubre en la capital húngara no tendrá lugar en un "futuro inmediato".
Al respecto, el propio primer ministro húngaro, Viktor Orbán, aseguró que, aunque "continúan los preparativos para la cumbre de paz (...), la fecha aún es incierta".
"Nadie quiere perder el tiempo. Ni el presidente Trump ni el presidente Putin", dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria, después de que el mandatario estadounidense asegurara que no quiere "una reunión inútil".
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Añadió que Putin y Trump "son dos presidentes que están acostumbrados a trabajar de manera efectiva y con grandes resultados, pero la efectividad siempre requiere tiempo".
Al mismo tiempo, admitió una "pausa" en las negociaciones de paz sobre Ucrania "que exige la implicación al más alto nivel", pero agregó que dicha reunión "debe estar bien preparada".
El Kremlin, al que Ucrania y la Unión Europea acusan de buscar toda clase de excusas para no negociar la paz, pidió tiempo para concretar la agenda de la cumbre con el presidente Trump, proceso que -admitió- será "difícil".
Las negociaciones de paz están estancadas desde que el pasado 23 de julio las delegaciones rusa y ucraniana se reunieran por última vez en Estambul.
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Desde entonces, ni en Alaska ni en sus posteriores intervenciones, el líder ruso, mostró voluntad alguna de frenar su actual ofensiva en el Donbás o de realizar alguna concesión política o territorial.
Según fuentes estadounidenses, Moscú envió a Washington un documento no oficial (non-paper) que exponía las condiciones del Kremlin para un acuerdo de paz con Kiev. Al parecer, incluye la exigencia de que Kiev abandone todo el Donbás y también la negativa a que tropas de países de la OTAN sean desplegados en territorio ucraniano. Eso fue lo que Putin le explicó a Trump en su última conversación telefónica el pasado 16 de octubre. (Lea también: ¿Colombianos espiando para Rusia? La historia de hombres en operación para inteligencia de Putin)
Precisamente, Trump estimó en un 78% el territorio del Donbás que controla actualmente el ejército ruso y, según la prensa estadounidense, pidió insistentemente el pasado viernes a puerta cerrada a Zelenski que retire a sus tropas de la región de Donetsk.
Al mismo tiempo, llamó públicamente a ambos bandos a cesar inmediatamente las hostilidades en sus actuales posiciones, lo que fue respaldado por Kiev y la Unión Europea.
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Sea como sea, Lavrov precipitó los acontecimientos al descartar rotundamente el martes un alto el fuego, al considerar que supondría renunciar a "los entendimientos" alcanzados en la cumbre de agosto en Alaska, es decir, primero negociar la capitulación ucraniana y después detener la guerra.
El jefe de la diplomacia rusa compareció de nuevo ante la prensa tras reunirse con su colega kazajo, pero se negó a hacer declaraciones.
Horas después de que Trump descartara reunirse con él "en un futuro inmediato", Putin dirigió desde el Kremlin maniobras por tierra, mar y aire de las fuerzas nucleares.
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Los ejercicios, el último de los cuales tuvo lugar hace dos años, sirven para ensayar "el procedimiento para la autorización del uso de armas nucleares", precisó Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor del Ejército ruso.
En concreto, las fuerzas estratégicas lanzaron un misil balístico intercontinental Yars -de hasta 12.000 kilómetros de alcance- desde el cosmódromo de Plesetsk, que se encuentra a casi 800 kilómetros al norte de Moscú.
Además, el submarino nuclear Briansk lanzó un misil balístico Sineva desde el mar de Barents y varios bombarderos estratégicos Tu-95C dispararon misiles de crucero.
"Todos los objetivos de las maniobras fueron cumplidos", informó el Kremlin.
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Putin, quien suspendió a principios de 2025 el cumplimiento del START III, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y EE. UU., propuso recientemente prolongar su vigencia por un año cuando éste expire en febrero próximo.
Trump respondió que era "una buena idea", pero las partes aún no han iniciado negociaciones para su prolongación.
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EDITADO POR SANDRA SORIANO SORIANO
COORDINADORA DIGITAL NOTICIAS CARACOL
smsorian@caracoltv.com.co
*CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS AFP/EFE