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La reforma a la salud del gobierno del presidente Gustavo Petro se hundió en la Comisión Séptima del Senado de la República. El proyecto de ley estuvo varios meses en la comisión a la espera de que en el Congreso se aprobara la reforma tributaria o ley de financiamiento, de donde saldrían los recursos para financiarla. El proyecto de la tributaria también se cayó el pasado 9 de diciembre. Fueron ocho votos los que este martes terminaron de hundir una de las reformas bandera del Gobierno nacional y que buscaba cambiar el sistema de salud.
Los senadores que hundieron la reforma a la salud fueron: Alirio Barrera y Honorio Henríquez, del Centro Democrático; Nadia Biel, del Partido Conservador; Miguel Ángel Pinto, del partido Liberal; Ana Agudelo, del partido Mira; Norma Hurtado, del partido de la U; Lorena Ríos, de Colombia Justa Libres y Berenice Bedoya, del partido ASI.
Por su parte, los senadores que buscaban la aprobación de la reforma fueron Fabián Díaz, del Partido Verde; Ferney Silva y Wilson Arias, del Pacto Histórico; Martha Peralda, del Partido Mais y Omar Restrepo, del Partido Comunes.
Esta es la segunda oportunidad en la que esta reforma se cae en Comisión Séptima del Senado de la República, por lo que el proyecto quedó archivado.
El Ministerio de Salud, en cabeza del ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, publicó un comunicado en el que señaló que “la Comisión Séptima del Senado archivó la reforma a la salud con 8 votos, bloqueando los cambios que el país exige y manteniendo un sistema que ha fallado durante décadas. Con esta decisión, se blindó el negocio de la salud y se cerraron las puertas a transformaciones urgentes: una atención primaria fuerte, servicios organizados desde los territorios, uso transparente de los recursos públicos y el control de los incentivos perversos de la integración vertical, que hoy concentra el dinero en pocos actores mientras los pacientes siguen esperando”.
Agregó el ministerio que “el Gobierno fue claro y transparente: la reforma tenía respaldo fiscal a 10 años, aumentos históricos de la UPC y recursos permanentes para el sector. Como lo advirtió el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo, el problema no es la plata: es la opacidad, el mal manejo y un modelo que permite que los recursos se queden en intermediarios y no lleguen a la gente. Archivar la reforma no elimina la crisis. La profundiza. Mantiene un sistema que no responde a los pacientes, que precariza a los trabajadores de la salud y que castiga especialmente a los territorios más apartados del país”.
Finalmente, la entidad señaló que “hoy quedó claro quiénes decidieron defender intereses particulares por encima del derecho fundamental a la salud. El Gobierno del Cambio no retrocede. Seguiremos trabajando por una salud con dignidad, porque la salud no es un negocio, es un derecho”.
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CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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