
Como todos los domingos, en este capítulo de Los Informantes, tres grandes historias: la vida de las tropas en las trincheras de El Plateado, Cauca tras el control de la zona; el Torneo del Barrio es un golazo que le cambió la cara a una de las comunas más peligrosas de Medellín y el hallazgo inédito de una nueva fruta en el Atlántico.
Desde las trincheras
En El Plateado, Cauca, el conflicto no da tregua. La disputa por el control del llamado Wall Street de las economías ilegales está encendida por los enfrentamientos entre las disidencias al mando de Iván Mordisco, el ELN y la Segunda Marquetalia, en medio de un mar de cultivos de coca. Los Informantes acompañó al Ejército Nacional, que desplegó más de 1.500 hombres en una de las zonas más calientes de Colombia. Este es el valor desde las trincheras.
El epicentro de esta guerra es el Cañón del Micay y el corregimiento de El Plateado, un lugar estratégico ubicado a tan solo 90 kilómetros del océano Pacífico. La intención del Ejército es recuperar uno de los territorios más azotados por el conflicto armado y que además funciona como un corredor clave para el narcotráfico y la minería ilegal.
“Un dron significa peligro, muerte, eso significa escuchar un dron encima”, relató el soldado Marco Antonio Méndez, uno de los más de mil uniformados que luchan incansablemente por recuperar el control total de esta zona golpeada por el conflicto.
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La Champions del barrio
En una cancha donde antes reinaban el vicio y la delincuencia, hoy se congregan multitudes para celebrar grandes golazos. En las tribunas que solían recorrer los jíbaros, ahora se pasean aficionados y turistas. El Torneo del Barrio le ha cambiado la cara a una de las comunas más peligrosas de Medellín.
Es una liga callejera que se transmite en vivo y que ya cuenta con cientos de seguidores en más de 100 países. “Las personas han dejado de ver el fútbol profesional por venir hasta acá a acompañarnos”, aseguró uno de sus organizadores.
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Este torneo es una especie de Champions League, pero criolla: clubes formados en las comunas y barriadas de Medellín y sus alrededores. Un fenómeno de masas, donde los goles están a cargo de los cracks de los barrios populares.
La otra fruta prohibida
De la misma familia del arazá, con un sabor singular y sorprendentes beneficios para la salud, la Eugenia costeraha recorrido un largo camino: de ser considerada una fruta prohibida por su supuesta toxicidad, a revelarse como un valioso hallazgo para la ciencia. La Nena Arrázola, de Los Informantes, se le midió a probar esta nueva fruta, descubierta por dos primos en Barranquilla.
“Me traje unas frutas para la casa con mucho cuidado, porque recordé que mi abuelo solía decirme: ‘¡Cuidado! Esa guayaba de monte es tóxica, es venenosa, no te la vayas a comer’”, recordó el profesor y biólogo Yéiner Molina Reyes, quien, con una mente inquieta, se atrevió a investigar este fruto silvestre que hoy representa un hallazgo inédito.
En un país tan biodiverso como Colombia, aún hay frutos que esperan ser redescubiertos. La Eugenia costera, que por años fue temida y despreciada, hoy se alza como símbolo de la curiosidad científica, del valor de cuestionar lo establecido y, posiblemente, como un elemento clave para el avance de la ciencia y la salud.
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